Hoy no voy a compartir ninguna receta ni ninguna manualidad para hacer con los niños, ni tampoco nada que nos ayude a organizarnos mejor. Hoy quiero compartir con vosotras algo de mi corazón. Y es que en medio de la cocina, del tiempo con nuestros hijos y de la inquietud por hacerlo mejor, nuestro corazón atraviesa por tristezas y alegrías.
En medio de una de esas tristezas por las que pasamos a veces, Dios usó un himno para animar a mi abatido corazón. Desde que lo escuché un domingo en la mañana, lo colgué en el armario de la cocina que está encima de la pica donde lavo los platos diariamente. Mientras lo hago, lo canto. ¡Y cuántas veces Dios ha aliviado mi alma cansada!
Hoy quiero compartirlo con vosotras y os animo a hacer lo mismo. Con música, elevó el rey David su corazón hacia el Señor: derramó sus lágrimas delante de Él, le reconoció como Dios absoluto, lo alabó, le suplicó, se regocijó... ¿Qué himno trae ánimo a tu cansado corazón? ¡Escríbelo, recuérdalo y cántalo! Qué el Señor llene hoy tu alma con Su paz y Su presencia :-)
Enséñame en Ti a confiar Señor
Cuando las pruebas lleguen a mi ser;
Ayúdame mi rostro a ti volver,
Enséñame en Ti a confiar.
Enséñame en Ti a confiar Señor
Cuando las nubes vengan sobre mí;
Enséñame a depender de Ti,
Enséñame en Ti a confiar.
Enséñame en Ti a confiar Señor
Cuando a mis puertas toque el dolor;
Dame buen Dios fortaleza y vigor,
Enséñame en Ti a confiar.
Enséñame en Ti a confiar Señor
Si hasta mí llegara enfermedad;
Dame victoria y dame Tu paz;
Enséñame en Ti a confiar.
John W. Peterson
Por si lo queréis escuchar y aprender, aquí os dejo un enlace...
