Un día me pregunto si estaré tomando las decisiones correctas en cuanto a la educación de mis hijos.
Otro día, como hoy, pensaré en el futuro próximo con todos los conflictos que hay en el mundo y sentiré una inseguridad respecto al porvenir de nuestra familia o nuestro país.
Luego vienen temores de cuando mis hijos tengan edad adolescente.
Temor de no saber hablar de Cristo en una situación determinada.
Temor de sacar adelante un proyecto por miedo a fracasar.
Temor a abrirme a los demás para que me puedan ministrar.
Temor que no esté desempeñando bien todas mis funciones como esposa, madre, maestra, amiga, hija y hermana.
Si nos ponemos a pensar, podemos sacar a luz muchos temores que tenemos, ¡algunos más secretos que otros!
Y luego me viene un versículo a mente del que se habló en una reunión de iglesia hace unos días.
Pero también es bueno reflexionar sobre qué tipo de espíritu NO mora en nosotras - y éste, bien específicamente, es el de cobardía, o TEMOR.
Y el apóstol no se queda ahí, sino que describe tres maravillosas cosas que SÍ nos ha dado Dios con su Espíritu. Nos ha dado espíritu de
PODER - Lo más precioso es que no es nuestro poder, sino el poder de Dios mismo. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad - sin Él nada somos. En su poder vivimos el día a día, firmes, confiadas que nos dará su sabiduría para esas decisiones cotidianas que nos pueden atemorizar. ¿Vivimos a diario convencidas de esta gran verdad?
AMOR - Dios ha derramado su amor en nuestros corazones. De forma natural, éste debería rebosar a quienes nos rodean - nuestros esposos, nuestros hijos, nuestros hermanos en la fe, vecinos y amigos. Es un amor fuerte, es sufrido, benigno, no busca lo suyo, no se irrita, todo lo soporta, todo lo espera... es un amor que nunca deja de ser. Dejemos que el amor de Cristo fluya a través de nosotras - a diario.
DOMINIO PROPIO - Es lo opuesto a la inestabilidad. El dominio propio comporta una mente sana, sobria, y equilibrada, que no está controlada por el pánico. Vive en la calma y paz que Dios da. También se podría llamar “entereza de ánimo”. Si estamos dominadas por Cristo, entonces el olor fragante de su personalidad preciosa se hará patente en nosotras, bañando nuestro entorno en un sosiego no solamente espiritual sino también mental y tangible - un hogar de paz y cordura, para la gloria de Dios.
Y para terminar, qué precioso saber que pase lo que pase - traiga lo que traiga el futuro - nuestras vidas están escondidas con Cristo en Dios.
Un abrazo buen fuerte a cada una de vosotras, con afecto en Cristo.
Eli Escuain
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿y tú qué piensas?