sábado, 14 de noviembre de 2015

¿ESPÍRITU DE TEMOR?

No sé si os pasa a vosotras, pero a mí, de vez en cuando, en mis quehaceres diarios, me van asaltando dudas y temores. No todos de golpe -

         Un día me pregunto si estaré tomando las decisiones correctas en cuanto a la educación de mis hijos.

         Otro día, como hoy, pensaré en el futuro próximo con todos los                                     conflictos que hay en el mundo y sentiré una inseguridad                                respecto al porvenir de nuestra familia o nuestro país.

         Luego vienen temores de cuando mis hijos tengan edad adolescente. 

         Temor de no saber hablar de Cristo en una situación determinada.

         Temor de sacar adelante un proyecto por miedo a fracasar.

         Temor a abrirme a los demás para que me puedan ministrar.

         Temor que no esté desempeñando bien todas mis funciones como esposa, madre, maestra, amiga, hija y hermana.

Si nos ponemos a pensar, podemos sacar a luz muchos temores que tenemos, ¡algunos más secretos que otros!

Y luego me viene un versículo a mente del que se habló en una reunión de iglesia hace unos días.



Como hijas de Dios sabemos que su Espíritu mora en nosotras, con su precioso fruto de amor, gozo, paz, y demás.

Pero también es bueno reflexionar sobre qué tipo de espíritu NO mora en nosotras -  y éste, bien específicamente, es el de cobardía, o TEMOR.

Y el apóstol no se queda ahí, sino que describe tres maravillosas cosas que nos ha dado Dios con su Espíritu. Nos ha dado espíritu de

                 PODER  - Lo más precioso es que no es nuestro poder, sino el poder de Dios mismo. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad - sin Él nada somos. En su poder vivimos el día a día, firmes, confiadas que nos dará su sabiduría para esas decisiones cotidianas que nos pueden atemorizar. ¿Vivimos a diario convencidas de esta gran verdad?

                AMOR - Dios ha derramado su amor en nuestros corazones. De forma natural, éste debería rebosar a quienes nos rodean - nuestros esposos, nuestros hijos, nuestros hermanos en la fe, vecinos y amigos. Es un amor fuerte, es sufrido, benigno, no busca lo suyo, no se irrita, todo lo soporta, todo lo espera... es un amor que nunca deja de ser. Dejemos que el amor de Cristo fluya a través de nosotras - a diario.

                DOMINIO PROPIO - Es lo opuesto a la inestabilidad. El dominio propio comporta una mente sana, sobria, y equilibrada, que no está controlada por el pánico. Vive en la calma y paz que Dios da. También se podría llamar “entereza de ánimo”. Si estamos dominadas por Cristo, entonces el olor fragante de su personalidad preciosa se hará patente en nosotras, bañando nuestro entorno en un sosiego no solamente espiritual sino también mental y tangible - un hogar de paz y cordura, para la gloria de Dios.

Y para terminar, qué precioso saber que pase lo que pase - traiga lo que traiga el futuro - nuestras vidas están escondidas con Cristo en Dios.

Un abrazo buen fuerte a cada una de vosotras, con afecto en Cristo.
Eli Escuain

lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Qué tipo de mamá eres?

¡Cuántas veces como madres queremos abarcarlo todo y nos desanimamos cuando vemos que no alcanzamos nuestros propósitos!
 Hoy es uno de esos días en que me hacía falta recordar que Dios no me pide ser una súper mamá, sino que desea simplemente tener comunión conmigo. Quiere que permanezca en Él y Él en mí, ¡porque SABE que sin Él no puedo hacer nada! (Jn. 15:5) ¿Hay algo más dulce que esto? ¡No me pide perfección! ¡No está registrando cada obra que hago o que dejo de hacer! El Creador de mi alma desea que estemos completamente unidos hoy, y desea darme el poder para hacer aquello que le honra. ¿Estás dispuesta hoy a dejar de hacer y depender más de Él? ¿Quieres simplemente agarrarte a Su mano, como el pámpano cuelga de la vid, y dejar que Su vida fluya en ti? ¿Qué tipo de mamá quieres ser hoy? ¿Aquella no cesa en sus quehaceres o aquella que depende de Dios y lleva mucho fruto?

Noèlia Giner


Una súper Mamá

Una Mamá que permanece en Él
Hace
Trata de impresionar a otros
Complace al Señor (Ef. 5:10; Pr. 29:26)
Está controlada por una agenda u horario
Está controlada por el Espíritu Santo  (Gál. 5:22-26) (Usa el horario como una herramienta para que haya más orden y pueda seguir aún más al Espíritu Santo)
Su valor se basa en sus logros (una casa limpia, hijos perfectos, la decoración ideal, etc.)
Su valor se basa en un buen entendimiento de quién es ella en Cristo Jesús (Ef. 2:10)
Su paz se basa en tener un ambiente "perfecto"
Su paz se basa en Dios, aún en medio de cualquier tormenta (Is. 26:3)
Se desanima cuando fracasa
Sus fracasos le recuerdan que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad (2ª Cor. 12:9-10)
Espera perfección de ella misma y de otros
Sabe perdonarse a sí misma y a otros (Ef. 4:32)
Enseña a sus hijos a portarse bien
Enseña a sus hijos a ser bondadosos (Pr. 22:6)
Se frustra con su falta de fruto espiritual
Permanece en Cristo y lleva mucho fruto (Jn. 15:5)
Hace cosas con sus hijos
Construye una relación con sus hijos (Deut. 6:6-7)
Su perspectiva está basada en lo que se ve
Su perspectiva está basada en lo que no se ve (Col. 3:2)
Escoge cantidad de actividades
Escoge el Camino más excelente (1ª Corintios 13)
Sus hijos podrán recordar cuán ocupada estaba siempre

Sus hijos se levantarán y la llamarán bienaventurada (Pr. 31:28)
  confessionsofahomeschooler.com