lunes, 21 de octubre de 2013

"Sólo juegan..."

Ayer mientras le enseñaba a Lara sobre los misterios de la ñ española y la ny catalana, Paul jugueteaba con una caña de pescar medio rota de la tienda de los chinos.

Al cabo de un rato dijo, "Mama, quiero pescar de verdad."

Así que mientras Lara hacía unos ejercicios en su cuaderno, Paul y yo recortamos unos peces de cartulina de colores.

Les pusimos un encuadernador de nariz y lo aseguramos con un gomet que a la vez hacía de ojo.

Pegué un imán que tenía en la pizarra blanca en el anzuelo que llevaba la caña con celo.

Pusimos los peces en el suelo, él se sentó a horcajadas en su silla "barca", y se puso manos a la obra.

Y yo volví a centrarme en Lara mientras él "pescaba".

Pero seguí observándolo de reojo.

Y me maravillé de lo que un simple juego de pesca puede hacer. Durante los siguientes 15 minutos, Paul estuvo enfrascado intentando que el anzuelo tocara la nariz de los peces para poder subirlos, desengancharlos y ponerlos en la mesa. Al cabo de un rato, empecé a hacer una lista mental de lo que estaba trabajando mientras jugaba.

1. Control de la frustración - algo importante para mi hijo. Al principio se enfadaba cuando tardaban en "picar". Pero poco a poco...

2. Paciencia. Vio que si le daba más tiempo conseguía pescarlos.

3. Perseverancia. Tan sólo unos meses atrás hubiera tirado a la toalla a los pocos minutos.

4. Coordinación y suavidad de movimientos - también algo muy importante para mi hijo. Si movía la caña rápido, los peces no llegaban a "picar". Había que deslizar el anzuelo muy lenta y cuidadosamente encima los peces.

5. Concentración. Estar sólo por la faena en cuestión. Me maravillé que mi hijo tan movido y disperso estuviera casi bizco de concentración mientras movía la caña encima sus peces.

6. Gratificación retardada - un término que ahora está de "moda", pero que significa simplemente el hecho de esperar y trabajar para al cabo de un tiempo poder obtener la recompensa deseada, a diferencia de conseguir algo al momento y sin esfuerzo. Una lección de gran valor para nuestros pequeñines. Paul se estaba un buen rato ¡¡hasta que un pez picaba!!

7. Autoconfianza - en el sentido de saber que es capaz de afrontar un reto con éxito si se aplica a ello.

Lo precioso es que él no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. Simplemente se lo estaba pasando en grande gritando de alegría, apilando peces encima la mesa y tirándolos al "mar" para pescarlos una y otra vez.

Y todo esto no es para animaros a que hagáis el mismo juego para vuestros renacuajos (¡aunque es fácil de hacer y pueden estar un buen rato entretenidos!)

Es para que cada vez que veáis a vuestros pequeños jugando, recordéis que realmente están "trabajando". Y para su desarrollo es algo tan o más valioso como aprenderse las provincias de España, reconocer las letras o saber cuánto son 2 más 2.

Porque, junto con nuestro amor, guía y disciplina, están acumulando y desarrollando hábitos, aptitudes y habilidades que les servirán toda la vida.


¿Cuál es el juego preferido de vuestros hijos? ¿Les gustan más los juegos tranquilos o prefieren algo que les permita moverse y correr? Os animo a que comentéis... :)                                         

Eli Escuain

viernes, 18 de octubre de 2013

EL MEJOR REGALO DE MAMÁ

Como madres es inevitable desear lo mejor para nuestros hijos. Nos preocupamos por su alimentación, su vida espiritual, su salud, su educación académica, su ropa... en fin ¡que no les falte de nada y que estén lo mejor posible! 
Esta poesía que quiero compartir con vosotras, y que leí en el libro "Una Mujer Conforme al Corazón de Dios" (Elizabeth George), dirige nuestra atención a algo más sublime que simplemente desear lo mejor para nuestros hijos. Nos muestra la oración de una madre como el mejor regalo que ella le puede dar a su hijo.

Leedla y decidme que opináis... ¡a mí me ha dado mucho qué pensar!

Algunos han tenido a reyes en su linaje,
Alguien a quien se le rindió honor, 
No fui bendecido por mis antepasados, pero,
Tengo una madre que ora.

Tengo una madre que ora por mí,
Y clama por mí al Señor todos lo días.
Oh, qué diferencia marca para mí
Tengo una madre que ora.

Algunos tienen éxito en el mundo 
Y confían en las riquezas que han hecho.
Este es mi acierto más seguro,
Tengo una madre que ora.

Las oraciones de mi madre no me pueden salvar,
Sólo las mías puede lograrlo; 
Pero mi madre me presentó a Alguien, 
Alguien que jamás me fallará.

Oh sí... Tengo una madre que ora por mí
Y clama al Señor todos los días. 
Qué diferencia marca para mí
Tengo una madre que ora. 

Anónimo
Noèlia Giner

lunes, 14 de octubre de 2013

Misericordia y Fidelidad

"Bueno es alabarte, oh Jehová,
    Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
        Anunciar por la mañana tu misericordia
             Y tu fidelidad cada noche."

¡Buen lunes a todas!

Esta mañana he estado meditando en los primeros versículos del Salmo 92.

Y me he fijado como dice "por la mañana... tu misericordia...".

Misericordia por cada día que empezamos de nuevo, por cada despertar que Dios nos da - una hoja en blanco donde poder, de alguna forma, hacer borrón y cuenta nueva de nuestros errores de ayer y mirar hacia adelante de la mano del Señor.

Como dice en otro versículo: "Porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad!"

Y una vez terminado el día, podemos anunciar con gran gozo "...tu fidelidad cada noche"

Día tras día podemos comprobar cómo el Señor nos ha protegido a lo largo de las horas, nos ha sido fiel en cada circunstancia y ha estado a nuestro lado en las alegrías... y en las dificultades.

Un abrazo bien fuerte, y que tengáis un buen comienzo de semana - en la misericordia y la fidelidad del Señor.


Eli Escuain


viernes, 11 de octubre de 2013

Panellets - Una relación amor/odio

Ha llegado. Es inevitable.

Es temporada de hacer panellets. Desde que en Mercadona veo los montones de paquetes de avellana molida, lo he llevado como una canción y una marcha fúnebre en mi mente.

Porque, ¿a quién de vosotras no le pasa esto? ¿O es sólo a mi?


Pues bien, este año me he resuelto a simplificar la cosa- más que nada para hacer la experiencia más llevadera y divertida con mis dos entusiasmados pinches de cocina.

Nada de intentar hacer 12 diferentes tipos de panellets o morir en el intento.

Que si de membrillo,
                     de piñones enteros,
                              de piñones a trozos,
                                        de coco,
                                               de chocolate,
                                                      de anís,
                                                             de piel de naranja,
                                                                       de frambuesa,
                                                                                  de mazapán,
                                                                                         con la avellana encima...

Así que hemos decidido hacer panellets de tres ingredientes.

Y sólo tres variedades diferentes: coco - chocolate - cereza.

Ingredientes:

150 gramos de moniato cocido
250 gramos de avellana molida
250 gramos de azúcar

Para decorar:

Coco rallado
Cerezas en almíbar
Nesquik en polvo.

Cocemos el moniato hasta que esté tierno.
Cuando se haya enfriado, añadimos el azúcar y luego la avellana. Mezclar sólo hasta que esté ligado.


1. Rebozamos algunos con coco

2. Ponemos media cereza encima de otros tantos

3. Con el resto de la masa, mezclamos una cucharada de Nesquik, hacemos la forma y los rebozamos con más Nesquik.

¿Y sabéis qué?     ¡¡NO LOS PINTO CON HUEVO!!   Ni con clara ni con yema - y ¡¡la faena que me ahorra!!

Se meten en el horno a 210ºC hasta que estén doraditos (8-10 mins.)

¿Resultado?


Ríquísimos, fáciles de hacer, sin complicaciones, a prueba de niños - y lo mejor: los volveremos a hacer ¡seguro!

¿Cuál es tu experiencia cuando haces panellets? ¿Es una obra de arte que te gusta hacer sola, o tienes a más manitas ayudándote?¿Te gusta la variedad o te gusta un tipo en concreto? ¡Te invito a dejar un comentario!


jueves, 10 de octubre de 2013

SÓLO UNA COSA ES NECESARIA

"Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; 
que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, 
para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo."
Salmo 27:4

Levantar a los niños de la cama, vestirlos, darles el desayuno, llevarlos a la escuela, poner la lavadora, preparar la comida, hacer las camas; barrer, fregar, recoger a los niños de la escuela y de camino comprar dos o tres cosillas que faltan para hacer la cena de esta noche; darles la comida con paciencia y amor, llevarlos otra vez al colegio, aprovechar la horilla de la tarde para completar lo que queda de la lista. Recoger a los niños por última vez en el día, socializar un rato en el parque y volver a casa para recibir a un esposo cansado de la jornada con una sonrisa en los labios. Preparar la cena, bañar a los niños, leerles una historia y ponerlos a dormir... ¡por fin!

¡"UNA cosa..."! -- dice David, y "sólo UNA cosa es necesaria" -- repitió Jesús a Marta, que como nosotras estaba "afanada y turbada" con MUCHAS cosas. 

Jesús se refería a pasar tiempo a Sus pies aprendiendo de Él, que es "manso y humilde de corazón" para obtener la paz y el descanso que nuestra alma estresada necesita (Mt. 11:29-30).

Es el diario andar con Él el que hace ligera nuestra carga. Sin embargo, la urgencia de las MUCHAS cosas nos hace creer que aquella ÚNICA cosa, que jamás nos será quitada, nos roba tiempo para cumplir con las demás. ¡Qué engaño más grande! ¡Qué mentira más cruel nos hace creer el enemigo! ¿Qué cosa habrá más importante que el pasar tiempo a los pies de Jesús?

Los hijos un día marcharán, la casa ya dejará de ensuciarse tanto y las ocupaciones disminuirán. Pero UNA cosa seguirá igual: la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Qué haremos con ella? ¿Invertiremos tiempo en las cosas que un día pasarán (1ª Jn. 5:17)? ¿O buscaremos como David el "estar en la casa de Jehová todos los días" de nuestra vida para conocerle más y más, y adorarle "en espíritu y verdad"?

Noèlia Giner